La conducta deportiva

En el juego de ajedrez no caben las discusiones, ni volver atrás jugadas, ni manosear las piezas al ir a realizar un movimiento, ni enfadarse cuando se pierde, ni tampoco reírse del adversario si se gana.

El principiante ha de acostumbrarse a mantener una conducta deportiva correcta y a observar las siguientes reglas:

  1. Si en el transcurso de la partida se observara que el tablero está mal colocado, se procederá a colocarlo de modo que la casilla blanca de la esquina esté a la derecha del que juega y se mantendrá la posición que se haya producido.
  2. Deberá volverse a jugar la partida si al final de la misma se descubriera que al comienzo del juego una pieza ha sido colocada indebidamente u omitida.
  3. Si se hubiera efectuado un movimiento contradictorio a las reglas del juego durante la partida, deberá empezarse de nuevo a partir del efectuado con anterioridad a éste.
  4. Cuando uno de los contendientes enroque sin facultad para hacerlo, colocará las dos piezas en la posición que estaban anteriormente y deberá mover el rey.
  5. Si uno de los oponentes tocara una pieza o peón, aun sin querer, deberá mover dicha pieza o peón, aunque este movimiento le cueste la partida. Y si toca una pieza de su adversario, está obligado a observar la importante regla "pieza tocada, pieza movida"; pero quedará impune si la pieza o peón propios no pueden ir a ninguna casilla o la del adversario no se puede tomar con ninguna propia, ni deberá hacer ninguna jugada de castigo con el rey, como se hacía antiguamente. Con el fin de que la citada regla no cause discusiones, cuando se toque una pieza o peón para colocarlos debidamente se deberá decir: "Compongo".
  6. No se puede volver atrás una jugada para efectuar otra. La jugada se considera hecha en cuanto la pieza se ha situado en una casilla y la mano del ajedrecista se aparta de ella; pero si la mantiene en la mano, podrá situarla donde lo crea conveniente dentro de lo que señalan las reglas del juego.
  7. Durante el juego no se debe conversar con cualquier circunstante ni con el oponente, ni reírse de él, ni reprocharle las jugadas que haga. El que gane la partida no debe jactarse de que ha jugado mejor que su oponente, pues ha de tenerse en cuenta que quien pierde es culpable de su derrota, de cualquier forma que se produzca.

(Fuente: V. N. PANOV. Ajedrez Elemental. Ed. Martínez Roca, 1971)

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